jueves, 17 de marzo de 2011

Los 3 super héroes de Chernobyl


Es una de las historias más conocidas de nuestro tiempo: el día 26 de abril de 1986, el reactor nº 4 de la central nuclear de Chernóbyl estalló durante el transcurso de una prueba de seguridad mal ejecutada, a consecuencia de 24 horas de manipulaciones insensatas y más de doscientas violaciones del Reglamento de Seguridad Nuclear de la Unión Soviética. Estas acciones condujeron al envenenamiento por xenón del núcleo, llevándolo a un embalamiento neutrónico seguido por una excursión de energía que culminó en dos grandes explosiones a las 01:24 de la madrugada.

Sobre Chernóbyl se han contado muchas mentiras. Y las han contado todos, desde las autoridades soviéticas de su tiempo hasta la industria nuclear occidental, pasando por los propagandistas de todos los signos y la colección de conspiranoicos habituales. Hay una de ellas que me molesta de modo particular, y es esa de que los liquidadores –el casi millón de personas que acudieron a encargarse del problema– eran una horda de pobres ignorantes llevados allí sin saber la clase de monstruo que tenían delante. Y me molesta porque constituye un desprecio a su heroísmo.

Y porque es radicalmente falso. Una turba ignorante no sirve para nada en un accidente tecnológico tan complejo. Los equipos de liquidadores estaban compuestos, sobre todo, por bomberos, científicos y especialistas de la industria nuclear; tropas terrestres y aéreas preparadas para la guerra atómica; e ingenieros de minas, geólogos y mineros del uranio, debido a su amplia experiencia en  la manipulación de estas sustancias. Es necio suponer que esta clase de personas ignoraban los peligros de un reactor nuclear destripado cuyos contenidos ves brillar ante tus ojos en un enorme agujero.

Los liquidadores acudieron, sabían lo que tenían ante sí, y a pesar de ello realizaron su trabajo con enorme valor y responsabilidad. Cientos, miles de ellos, de manera heroica hasta el escalofrío. Los bomberos que se turnaban entre vómitos y diarreas radiológicas para subir al mítico tejado de Chernóbyl, donde había más de 40.000 roentgens/hora, para apagar desde allí los incendios (la radiación ambiental normal son unos 20 microrroentgens/hora). Los pilotos que detenían sus helicópteros justo encima del reactor abierto y refulgente para vaciar sobre él los buckets de arena y arcilla con plomo y boro. Los técnicos y soldados que corrían a toda velocidad por las galerías devastadas cantándose a gritos las lecturas de los contadores Geiger y los cronómetros para romper paredes, restablecer conexiones y bloquear canalizaciones en turnos de cuarenta o sesenta segundos alrededor de la sala de turbinas (20.000 roentgens/hora). Los mineros e ingenieros que trabajaban en túneles subterráneos, inundándose constantemente con agua de siniestro brillo azul, para instalar las tuberías de un cambiador de calor que le robase algo de temperatura al núcleo fundido y radiante a escasos metros de distancia. Los miles de trabajadores y arquitectos que levantaban el sarcófago a su alrededor, retiraban del entorno los escombros furiosamente radioactivos y evacuaban a la población. Salvo a los soldados, sometidos a disciplina militar, a nadie se le prohibía coger el petate e irse si no quería seguir allí; casi nadie lo hizo. Es más: muchos de ellos llegaron como voluntarios desde toda la URSS, especialmente muchos estudiantes y posgraduados de las facultades de física e ingeniería nuclear. Esta fue la clase de hombres y no pocas mujeres que algunos creen o quieren creer una turba ignorante y patética. Esto fueron los liquidadores.



Les llamaban, y se llamaban a sí mismos, los bio-robots, que seguían funcionando cuando el acero cedía y las máquinas fallaban. No lo hicieron por el dinero, ni por la fama, de lo que tuvieron bien poco. Lo hicieron por responsabilidad, por humanidad y porque alguien tenía que hacer el maldito trabajo. Hoy quiero hablar de tres de ellos, que hicieron algo aún más extraordinario en un lugar donde el heroísmo era cosa corriente. Por eso, sólo se me ocurre denominarlos los tres superhéroes de Chernóbyl.

El monstruo del agua que brilla en azul.

Lo único que hay de cierto en estas suposiciones sobre la ignorancia de los liquidadores es que, en las primeras horas, no sabían que había estallado el reactor. Pero no lo sabían porque nadie lo sabía. La misma lógica errónea de los responsables de la instalación que provocó el accidente les hizo creer que había estallado el intercambiador de calor, no el reactor; y así lo informaron tanto al personal que acudía como a sus superiores. Hay una historia un tanto chusca sobre cómo los aviones que llevaban al lugar a destacados miembros de la Academia de Ciencias de la URSS se dieron la vuelta en el aire por órdenes del KGB cuando éste descubrió, a través de su equipo de protección de la central, que había explotado el reactor (además de sus atribuciones de espionaje por el que es tan conocido, el KGB "uniformado" desempeñaba en la Unión Soviética un papel muy parecido al de nuestra Guardia Civil, exceptuando tráfico pero incluyendo la seguridad de las instalaciones radiológicas).

Debido a este motivo, en un primer momento se echaron sobre el agujero millones de litros de agua y nitrógeno líquido, con el propósito de mantener frío y proteger así el reactor que creían a salvo y sellado más allá de las llamas y el denso humo negro. Esto contribuyó a empeorar las consecuencias del siniestro, pues el agua se vaporizaba instantáneamente al tocar el núcleo fundido a más de 2.000 ºC; y salía disparada hacia la estratosfera en forma de grandes nubes de vapor que el viento arrastraría en todas direcciones.

De todos modos, tenía poco arreglo: era preciso apagar los enormes incendios. Cuando el fuego quedó extinguido por fin, no sólo había pasado la contaminación al aire, sino que ahora tenían una gran cantidad de agua acumulada en las piscinas de seguridad bajo el reactor. Estas piscinas de seguridad, conocidas como piscinas de burbujas, se hallaban en dos niveles inferiores y tenían por función contener agua por si fuese preciso enfriar de emergencia el reactor. También servían para condensar vapor y reducir la presión en caso de que se rompiera alguna tubería del circuito primario (de ahí su nombre), junto a un tercer nivel que actuaba de conducción, inmediatamente debajo del reactor. Así, en caso de ruptura de alguna canalización, el vapor se vería obligado a circular por este nivel de conducción y escapar a través de una capa de agua, lo que reduciría su peligrosidad.


Ahora, después de la aniquilación, estas piscinas inferiores estaban llenas a rebosar con agua procedente de las tuberías reventadas del circuito primario y de la utilizada por los bomberos para apagar el incendio y en el vano intento de mantener frío el reactor. Y sobre ellas se encontraba el reactor abierto, fundiéndose lentamente en forma de lava de corio a 1.660 ºC. En cualquier momento podían empezar a caer grandes goterones de esta lava poderosamente radioactiva, o incluso el conjunto completo, provocando así una o varias explosiones de vapor que proyectasen a la atmósfera cientos de toneladas de este corio. Eso habría multiplicado a gran escala la contaminación provocada por el accidente, destruyendo el lugar y afectando gravemente a toda Europa. Además, la mezcla de agua y corio radioactivos escaparían y se infiltrarían al subsuelo, contaminando las aguas subterráneas y poniendo en grave peligro el suministro a la cercana ciudad de Kiev, con dos millones y medio de habitantes, en una especie de síndrome de China.

Se tomó, pues, la decisión de vaciar estas piscinas de manera controlada. En condiciones normales, esto habría sido una tarea fácil: bastaba con abrir sus esclusas mediante una sencilla orden al ordenador SKALA que gestionaba la central, y el agua fluiría con seguridad a un reservorio exterior. Pero con los sistemas de control electrónico destruidos, esto no resultaba posible. De hecho, la única manera de hacerlo ahora era actuando manualmente las válvulas. El problema es que las válvulas estaban bajo el agua, dentro de la piscina, cerca del fondo lleno de escombros altamente radioactivos que la hacían brillar tenuemente en color azul por radiación de Cherenkov. Justo debajo del reactor que se fundía, emitiendo un siniestro brillo rojizo.

Así pues, como las máquinas ya no podían, era trabajo para los bio-robots.Alguien tendría que caminar, un paso detrás del otro, hacia el reactor reventado y ardiente a lo largo de un grisáceo campo de destrucción donde la radioactividad era tan intensa que provocaba un sabor metálico en la boca, confusión en la cabeza y como agujas en la piel. Viendo cómo tus manos se broncean por segundos, como después de semanas bajo el sol. Y luego sumergirse en el agua oleaginosa y de brillo tenuemente azul, con el inestable monstruo radioactivo encima de las cabezas, para abrir las válvulas a mano: una operación difícil y peligrosa incluso en circunstancias normales.

Ese era un viaje sólo de ida.

Al parecer, la decisión sobre quién lo haría se tomó de manera muy simple; con aquella vieja frase que, a lo largo de la historia de la humanidad, siempre bastó a los héroes:

–Yo iré.

Los tres hombres que fueron.

Los dos primeros en ofrecerse voluntarios fueron Alexei Ananenko y Valeriy Bezpalov. Alexei Ananenko era un prestigioso tecnólogo de la industria nuclear soviética, que había participado extensivamente en el desarrollo y construcción del complejo electronuclear de Chernóbyl: cooperó en el diseño de las esclusas y sabía dónde estaban ubicadas exactamente las válvulas. Casado, tenía un hijo. Valeriy Bezpalov era uno de los ingenieros que trabajaban en la central, ocupando un puesto de responsabilidad en el departamento de explotación. Estaba también casado, con una niña y dos niños de corta edad.

Los dos eran ingenieros nucleares. Los dos comprendían más allá de toda duda que se disponían a caminar de cara hacia la muerte.

Mientras se ponían sus trajes de submarinismo sentados en un banco, observaron que necesitarían un ayudante para sujetarles la lámpara subacuática desde el borde de la piscina mientras ellos trabajaban en las profundidades. Y miraron a los ojos a los hombres que tenían alrededor. Entonces uno de ellos, un joven trabajador de la central sin familia llamado Boris Baranov, se alzó de hombros y dijo aquella otra frase que casi siempre ha seguido a la anterior:

–Yo iré con vosotros.

Era media mañana cuando los héroes Alexei Ananenko, Valeriy Bezpalov y Boris Baranov se tomaron un chupito de vodka para darse valor, agarraron las cajas de herramientas y echaron a andar hacia la lava radioactiva en que se había convertido el reactor número 4 del complejo electronuclear de Chernóbyl. Así, sin más.

Ante los ojos encogidos de quienes quedaron atrás, los tres camaradas caminaron los mil doscientos metros que había hasta el nivel –0,5, dicen que conversando apaciblemente entre sí. Qué tal, cuánto tiempo sin verte, qué tal tus hijos, a ti no te conocía, chaval, yo es que no soy de por aquí. O parece que hoy vamos a trabajar un poco juntos, igual podemos acceder mejor por ahí, yo voy a la válvula de la derecha y tú a la de la izquierda, tú ilumínanos desde allá, parece que va a llover, ¿no?, E incluso está bien buena la secretaria del ingeniero Kornilov, ¿eh?, ya lo creo, menudo meneo le arrearía, pues me parece que este año el Dinamo de Moscú no gana la liga. Esas cosas de las que hablan los bio-robots mientras ven cómo su piel se oscurece lentamente, se les va un poquito la cabeza debido a la ionización de las neuronas y la boca les sabe a uranio cada vez más, conteniendo la náusea, sacudiéndose incómodamente porque es como si un millón de duendes maléficos te estuvieran clavando agujas en la piel. Cinco mil roentgens/hora, llaman a eso.

Y bajo aquel cielo gris y los restos fulgurantes de un reactor nuclear, los héroes Alexei Ananenko y Valeriy Bezpalov se sumergieron en la piscina de burbujas del nivel –0,5, con una radioactividad tan sólida que se podía sentir, mientras su camarada Boris Baranov les sujetaba la lámpara subacuática. Ésta estaba dañada y falló poco después. Desde el exterior, ya nadie les oía ni les veía.

Pero, de pronto, las esclusas comenzaron a abrirse, y un millón de metros cúbicos de agua radioactiva escaparon en dirección al reservorio seguro preparado a tal efecto. Lo habían logrado. Alguien murmuró que los héroes Ananenko, Bezpalov y Baranov acababan de salvar a Europa. Resulta difícil determinar hasta qué punto tenía razón.

Hay versiones contradictorias sobre lo que sucedió después. La más tradicional dice que jamás regresaron, y siguen sepultados allí. La más probable asegura que llegaron a salir de la piscina y celebrar su victoria riendo y abrazándose a los mismísimos pies del monstruo, en el borde de la piscina; e incluso lograron regresar sus cuerpos, aunque no sus vidas. Murieron poco después, de síndrome radioactivo extremo, en hospitales de Kiev y Moscú. Aún otra más, que se me antoja casi imposible, sugiere que Ananenko y Bezpalov perecieron, pero el joven trabajador Baranov pudo sobrevivir y anda o anduvo un tiempo por ahí.

Esta es la historia de Alexei Ananenko, Valeriy Bezpalov y Boris Baranov, los tres superhéroes de Chernóbyl, de quienes se dice que salvaron a Europa o al menos a algún que otro millón de personas en miles de kilómetros a la redonda un frío día de abril. Fueron a la muerte conscientemente, deliberadamente, por responsabilidad y humanidad y sentido del honor, para que los demás pudiésemos vivir. Cuando alguien piense que este género humano nuestro no tiene salvación, siempre puede recordar a hombres como estos y otros cientos o miles por el estilo que también estuvieron por allí. No circulan fotos de ellos, ni han hecho superproducciones de Hollywood, y hasta sus nombres son difíciles de encontrar. Pero hoy, veinticuatro años después, yo brindo en su recuerdo, me cuadro ante su memoria y les doy mil veces las gracias. Por ir.

lunes, 14 de febrero de 2011

ADNR


Ahora, la meta ha sido alcanzada por un equipo del Bayerisches Geoinstitut, de la Universidad de Bayreuth, que acaba de anunciar la síntesis de estas nanobarras de diamante agregado (ADNR por sus siglas en inglés) y sus notables propiedades, después de haberlas medido en la ESRF (European Synchrotron Radiation Facility).

El equipo de Bayreuth probó la compresibilidad y densidad de este nuevo material. Los experimentos llevados a cabo en el laboratorio de altas presiones del ESRF, confirmaron que la densidad del ADNR, según la prueba de Rayos X, es más alta que la del diamante, entre un 0,2 y un 0,4 por ciento, lo que lo convierte en la forma más densa de carbono. Los experimentos siguientes prueban que el ADNR también es un 11 por ciento menos compresible que el diamante.

La combinación de dureza y estabilidad química que posee, hacen del ADNR un material potencialmente excelente para el maquinado de materiales ferrosos. La invención, realizada por Natalia Dubrovinskaia, Leonid Dubrovinsky, y Falko Langenhorst, incluyendo el método de síntesis del material, ha sido patentada.

Cucarachas


Las cucarachas son conocidas por su gran resistencia. Son más vivas de lo que parece y esta afirmación se puede interpretar de varias maneras. :)
- Su cerebro está ubicado en el cuerpo y si por algún accidente natural o humano pierde la cabeza puede vivir hasta 9 días totalmente decapitada. Su triste final le llega, no porque no pueda pensar, sino porque no puede comer.
- Es capaz de soportar grandes dosis de radiactividad: estos insectos sobrevivieron a las bombas nucleares que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki.
- Tambien es capaz de sobrevivir durante más de un mes sin agua. En caso de necesidad, puede absorber la humedad ambiental a través de su cuerpo.

- Se han logrado identificar hasta 3.500 especies de cucarachas, la mayoría de origen tropical y que viven en exteriores. En España, sólo tres especies de interior representan el 100% de las especies controladas alrededor de edificios.
- Prefieren alimentos con gran contenido en almidón y grasas y azúcares, y pueden comer desde cuero hasta pegamento.
- Desarrollan su actividad durante la noche y pasaran el 75% de su vida en una grieta, junta, o pequeña cavidad.
- Son prácticamente ciegas, utilizando sus antenas en contacto continuo con las superficies para detectar vibraciones, cambios de temperatura y humedad, etc.
- Se las considera uno de los principales vectores de transmisión de enfermedades al hombre a través de la contaminación de alimentos y de utensilios de cocina por simple contacto.

domingo, 13 de febrero de 2011

¿Cómo les ponen los nombres a los huracanes?


En las Antillas los huracanes eran nombrados por el santo del día en que afectaba el huracán. Por ejemplo, el “Huracán de Santa Ana”, que azotó Puerto Rico con excepcional violencia el dia 26 de Julio de 1825.
El primer meteorólogo que utilizó un nombre propio (de mujer) para referirse a un huracán fue el australiano Clement Wragge a finales del siglo 19 y principios del 20.
En 1953, los Estados Unidos abandonaron, por confuso, el plan de nombrar las tormentas usando un alfabeto fonético (Able, Baker, Charlie) cuando se introdujo un nuevo alfabeto fonético internacional. En ese año la Oficina del Tiempo de USA  los llamó únicamente con nombres de mujeres.
Para 1978  se incluyó nombres de mujeres y de hombres en las listas de tormentas para el Pacífico Norte Oriental. En 1979 se incorporaron nombres alternos de hombres y mujeres.
Cada año, se prepara una lista de nombres para la temporada de huracanes. Hay un nombre de huracán por cada letra del abecedario, excepto las letras Q, U, X, Y, Z que no se incluyen debido a que pocos nombres empiezan con esas letras. Cuando un ciclón es especialmente destructivo, ese nombre ya no se vuelve a utilizar.

lunes, 7 de febrero de 2011

miércoles, 2 de febrero de 2011

LEGO


LEGO es una empresa de juguetes danesa reconocida principalmente por sus bloques de plástico interconectables.
Desde el comienzo de la producción de ladrillos de plástico, LEGO ha lanzado varios miles de juegos con distintos motivos, incluyendo el espacio, Bionicle, Exo-Force, vikingos, piratas, castillos medievales, dinosaurios, ciudades, suburbios, destinos vacacionales, el salvaje oeste, el ártico, barcos, automóviles de carrera, trenes, Star Wars, Harry Potter, agentes secretos, Indiana Jones, Speed Racer y otros. Nuevas piezas son lanzadas constantemente, aumentando cada vez la versatilidad de los juguetes LEGO.
Existen también motores, engranajes, luces, cajas de sonido y cámaras disponibles para ser usados con otros componentes LEGO. Existen incluso piezas que pueden ser programadas con un ordenador personal para desempeñar procedimientos complejos. Estas piezas programables son vendidas bajo el nombre LEGO Mindstorms.

martes, 1 de febrero de 2011

Aviones artillados

                                  La mejor forma de arrasar a distancia.

jueves, 27 de enero de 2011

MI-24


El helicóptero fue utilizado intensamente durante la invasión soviética de Afganistán, principalmente para bombardear a los guerrilleros mujahidines. Este helicóptero estuvo a punto de ganar la Guerra de Afganistán al poder destruir grupos de guerrilleros sin sufrir casi daños, estaba blindado contra armas ligeras.
Estados Unidos suministró misiles termodirigidos Stinger a los mujahidines, y los MI-8 y MI-24 fueron los objetivos favoritos de los guerrileros. Pero a pesar de todo el MI-24 demostró ser muy eficaz, ganándose el respeto tanto de pilotos soviéticos como de los propios mujahidines, que se dispersaban rápidamente cuando veían encenderse los cohetes que señalizaban la designación del objetivo. Los afganos apodaron al MI-24 como el "Carro del Diablo" y solían decir "No tememos a los soviéticos. Tememos sus helicópteros"

El coche mas rápido de calle

Marca TVR Speed 12
Año 1998
Pais Gran Bretaña
Motor V12 de 7730 cc y 48 válvulas en posición central
Potencia 800 HP a 7250 rpm
Torque (máx) 882 Nm a 5750 rpm
Transmisión Tracción posterior
Velocidad (máx) 386 km/h
Aceleración
(0-100 km/h)
2.9"
Suspensión Delantera y trasera independiente
Frenos Discos ventilados en las cuatro ruedas
Peso 1000 kg
Relación Peso/Potencia 1.25 kg/HP
Neumáticos 285/35 ZR18 delanteros y 345/35 ZR18 traseros




























miércoles, 19 de enero de 2011

El material mas denso que se conoce

¿Sabías que un cubo de 33cm cúbicos de este elemento pesarían como un coche con una persona dentro?

El Iridio es un elemento químico de número atómico 77 que se sitúa en el grupo 9 de la tabla periódica. Su símbolo es Ir. Fue descubierto en 1803 por el químico inglés Smithson Tennant. Se trata de un metal de transición, del grupo del platino, duro, frágil, pesado, de color blanco plateado. Se emplea en aleaciones de alta resistencia que pueden soportar altas temperaturas. Es un elemento poco abundante y se encuentra en la naturaleza en aleaciones con platino y osmio. Es el elemento más resistente a la corrosión. Se emplea en contactos eléctricos, aparatos que trabajan a altas temperaturas, y como agente endurecedor del platino.
El Iridio es considerado comúnmente un metal extraterrestre, ya que abunda en los meteoritos y es raro en la corteza terrestre, con sólo una pequeña concentración de 0,001 [ppm]

domingo, 16 de enero de 2011

5 cosas que no sabías de "la nada"


 -Las teorías actuales sugieren que el universo fue creado a partir de un estado de vacío energético, es decir, de la nada.
 -Pero para un físico no existen nada que pueda ser llamado “nada”. El espacio vacío está en cambio lleno de pares de partículas y antipartículas llamadas partículas virtuales, que se forman rápidamente y, siguiendo la ley de la conservación de energía, se aniquilan entre si en aproximadamente 10-25 segundos.
-Así que Aristóteles siempre tuvo razón.
-Estas partículas virtuales, cuya existencia irrumpe y desparece, crean energía. De hecho, según la mecánica cuántica, la energía contenida en todas las centrales energéticas y armas nucleares del mundo, no alcanzan a igualar la energía teórica contenida en los espacios vacíos que existen entre estas palabras.
-En otras palabras, la nada podría ser la clave para descubrir una teoría del todo.

5 cosas que no sabías sobre "la nada"


-Se dice que el Abdul Hamid II, sultán del Imperio Otomano a comienzos del siglo XX, hacía que sus censores eliminaran la referencia a la fórmula H2O de los libros de química, ya que estaba seguro de que significaban “Hamid Segundo no es nadie”.
-El arte medieval era principalmente plano y bidimensional hasta el siglo XV, cuando el arquitecto florentino Filippo Brunelleschi concibió el punto de fuga, el lugar en el que las líneas paralelas convergen en la nada. Esto permitió el desarrollo de la perspectiva en el arte.
-Aristóteles escribió una vez: “la naturaleza aborrece el vacío”, así que él hizo lo mismo. Lo absoluto de su negación del vacío, y la posterior influencia de su figura en la enseñanza de los siguientes siglos, evitó que el mundo occidental conociese el cero hasta el Siglo XIII, cuando los banqueros italianos descubrieron que era extraordinariamente útil en las transacciones financieras.
-En la Tierra el vacío no absorbe cosas. Crea espacios hacia los cuales, la atmósfera circundante, empuja a la materia.
-Creatio ex nihilo, la creencia de que el mundo fue creado a partir de la nada, es uno de los temas más comunes en las religiones y mitologías antiguas.

5 cosas que no sabías de "la nada"


-¿Entonces que pasa si estamos en el espacio y queremos ver esa mítica serie cómica “que no iba sobre nada”? Afortunadamente, las ondas electromagnéticas, incluyendo la luz y las ondas de radio, no necesitan de un medio a través del cual viajar, por lo cual aún podríamos ver las reposiciones de Seinfeld.
-La luz puede viajar a través del vacío, pero no hay nada sobre lo que refractarse. Ay de los pobres extraterrestres románticos, las estrellas no centellean en el espacio exterior.
-Los agujeros negros no son agujeros, o vacíos; son todo lo contrario a la nada, siendo en realidad las concentraciones de masa más densas que se conocen en el universo.
-El “cero” aparece por primera vez en las tablillas cuneiformes escritas por los babilonios alrededor del 300 A.C., quienes lo usaban como un marcador de posición (para distinguir al 36 del 306 o del 360, por ejemplo). El concepto del cero, desde el punto de vista matemático, fue desarrollado en la India en el siglo V.
-Cualquier número dividido por cero es… nada, ni siquiera cero. La ecuación es matemáticamente imposible.

5 cosas que no sabías de "la nada"

Desktop Wallpaper > Space > Space Shuttle Columbia
-Existe mucha más nada que algo. Aproximadamente el 74% del universo es “nada”, o lo que los físicos llaman energía oscura; el 22% es materia oscura, partículas que no se ven. Solo el 4% restante es materia bariónica, eso a lo que nosotros llamamos “algo”.
-E incluso ese algo es principalmente nada. Los átomos constan en su mayor parte de espacio vacío. La solidez de la materia es una ilusión creada por los campos eléctricos creados por las partículas subatómicas.
-A cada segundo que pasa hay más y más nada. En 1998, los astrónomos midieron la expansión del universo y determinaron que la energía oscura está expandiendo empujando al universo a una velocidad en constante aceleración. El descubrimiento de la nada – y su habilidad para influenciar en el destino del universo – es considerado el hallazgo astronómico más importante de la pasada década.

-Pero hasta la nada tiene un peso. La energía de la materia oscura es equivalente a una masa diminuta; existe aproximadamente medio kilo de energía oscura en un cubo de espacio vacío que mida 402.576 kilómetros por cada lado.
-En el espacio, nadie puede oírte gritar: el sonido, una onda mecánica, no puede viajar a través del vacío. Sin materia a través de la cual vibrar, solo existe el silencio.